La vuelta al Peloponeso I

Día 32 – Lunes 29 de agosto – De Atenas a Finikounta (610km)

El día anterior había programado una ruta en el GPS teniendo en cuenta las carreteras que mi mapa marcaba como panorámicas e información que encontré en la web de una empresa de tours en moto. Quería alejarme de las grandes urbes de nuevo y disfrutar de carreteras de costa perdidas a mi ritmo. El destino final era Finikounta, un pequeño pueblo de playa en la punta suroeste de la península, y el único lugar donde había encontrado alojamiento dentro de mi menguante presupuesto. Terminé de marcar los waypoints, el GPS calculó la ruta y me dijo que iba a tardar… diez horas.

Bueno, iba a salir temprano, si no sacaba la moto del párquing, a partir de las 7:00 me iban a cobrar otro día entero, así que pensé que me lo tomaría con calma, pararía a menudo y siempre podría tomar una ruta más directa si me cansaba.

El hombre del párquing no hablaba nada de inglés, pero cuando moví la moto señaló a la pegatina de Albania y levantó los pulgares, así que entendí que debía ser de allí.

img_1340El cielo empezaba a iluminarse mientras transitaba por las calles del centro, y el tráfico no estaba tan mal como me había temido (el chico del B&B nos había dicho que presenciaban un accidente a diario en el cruce de delante del edificio). Estaba decidido a evitar la autopista, y mientras bordeaba el golfo de Elefsina por la vieja carretera 8, justo pasada una zona deprimente de depósitos de petróleo, el sol asomó por detrás de Atenas.

img_1337Desde ahí en adelante el viaje mejoró, y mucho. No había nadie en la carretera, y menuda carretera era. Iba serpenteando a lo largo de la costa, ofreciéndome unas vistas estupendas del golfo de Elefsina y luego del mucho mayor golfo de Megara hasta llegar al pueblo de Isthmia, en la boca del canal de Corinto.

img_1341Pensaba que la península del Peloponeso estaba unida al resto del país en de este lado, pero resulta que no. Hay un canal construido por el hombre que conecta el golfo de Megara con el golfo de Corinto para permitir a los barcos cruzar, pero es muy estrecho, a penas algo más de 20m de ancho, lo que limita el tipo de embarcaciones que pueden usarlo; la mayoría de cargueros se ven obligados a circunnavegar la península. La autopista lo cruza a través de un puente que es lo bastante alto para que los barcos pasen por debajo, pero la carretera en la que yo me encontraba estaba mucho más cerca de la embocadura y por lo tanto mucho más baja, de modo que el puente tenía que dejar pasar los barcos. En vez de algún tipo de puente basculante o levadizo el puente de Isthmia es un puente sumergible; desaparece debajo del agua y reemerge una vez el barco ha pasado. La superficie de la carretera la forman una serie de vigas de acero longitudinales para permitir que el agua se evacue rápidamente, y esta combinación de acero, agua y huecos generosos lo hace extremadamente resbaladizo y peligroso para las motos. Crucé con mucha precaución, pero cuando estaba ya a solo dos metros del otro lado la moto empezó a patinar de lado sin previo aviso. Por suerte conseguí mantener el control y subir a la orilla opuesta.

Aquí podéis ver un vídeo (no mío) del funcionamiento del puente:

Pasado el pueblo la carretera se volvía más estrecha y los pueblos más pequeños y más dispersos. Las colinas eran bastante altas y bajaban hasta el mar con laderas empinadas, formando un paisaje precioso.

img_1343Cuando llegué a las afueras de Nafplion el lugar me recordó una vez más el duro contraste entre las ciudades y el campo en Grecia. Este fue el único lugar realmente feo que encontré en todo el día, y lo dejé atrás tan rápido como pude. Tras comer algo cerca de Leonidio empecé a dirigirme hacia el interior durante un rato para ahorrar tiempo (a este ritmo iba a tardar mucho más de diez horas) y elegí evitar del todo Sparta (¡basta de ciudades!).

img_1344Durante las dos horas siguientes la carretera de costa se convirtió en una carretera de montaña que me llevó a través de un cañón, a más de 1000m cerca del monte Parnon y de bajada por el otro lado de la cordillera. Era un recorrido maravilloso, y tan solo el temor a quedarme sin gasolina empañó un poco la diversión.

img_1355No había llenado el depósito en Leonidio, pensando que iba a encontrar una gasolinera en el siguiente pueblo, pero los pueblos eran aldeas de montaña remotas y no había ni rastro de gasolineras. No fue hasta que llegué al pie de las montañas en la otra vertiente que vi un cartel que indicaba una gasolinera en un pueblo a tan solo un kilómetro en dirección opuesta a la que yo iba.

img_1356Me desvié y encontré una pequeña y decrépita gasolinera. Un tipo joven con mala pinta que na hablaba nada de inglés me llenó el depósito y mientras estaba en ello, apareció un amigo suyo y empezó a andar alrededor de la moto. Cuando vio la pegatina de Albania la señaló y dijo ‘fuck Albania’, sin un rastro de humor en el tono de su voz. Pasaba con creces de los dos metros y no parecía especialmente inteligente, pero estaba seguro de que me podía arrancar la cabeza de los hombros de un solo mamporro con las manazas que tenía. Le dije ‘Claro, lo que tú digas’, pagué y me largué pitando de allí. Al menos tenía el depósito lleno y había visto una criatura extraña: un scooter Yamaha con transmisión por cardan.

img_1359En vez de ir directo a Kalamata bajé hasta encontrar de nuevo la costa en el pueblo de Gihtio y luego subí resiguiendo la orilla hasta Kalamata. Esta vuelta, juntamente con la carretera de montaña, fueron los dos mejores tramos del día.

img_1362En Velika, al oeste de Kalamata, dejé la carretera principal, aun siguiendo la costa, para el último tramo antes de Finikounta, y luego corté por las colinas y una carretera que era poco más que una pista asfaltada que atravesaba dos aldeas y terminaba justo en Finikounta.

El sol ya se había puesto y empezaba a anochecer, así que no tuve mucho tiempo de visitar el pueblo. Era un lugar minúsculo al lado de la playa, tranquilo y agradable, y el hotel era mucho mejor de lo que el precio daba a esperar.

Despedida final

Día 31 – Domingo 28 de agosto – Atenas (0km)

Hoy marcaba el inicio de mi vuelta a casa. Mi hermana y Alex iba a coger un ferry a Santorini por la tarde para empezar el resto de sus vacaciones en las islas y yo tenía que empezar el recorrido de vuelta.

Había reservado un ferry de Igoumenista a Brindisi el martes, pero cuando empecé a planear la ruta vi que se tardaba bastante menos de lo que había pensado, así que me quedaban aún un par de días para visitar Grecia en vez de ir directo al puerto.

Decidí pasar esa noche en la ciudad también, ya que no me apetecía buscar alojamiento en las afueras y de todos modos el párquing de la moto estaba pagado hasta las 7:00 del día siguiente, así que al menos lo aprovechaba.

IMG_1314Visitamos los barrios de Plaka y Monastiraki por la mañana, tomamos un gyros excelente para comer y tras un largo paseo de vuelta al B&B nos despedimos. No me apetecía volver a andar hasta el centro hasta la hora de cenar, así que me quedé a planificar los días siguientes. El ferry salía a las 22:00, lo que me dejaba dos días enteros, así que tras estudiar los mapas decidí dar la vuelta a la península del Peloponeso y ver si podía irme del país con una impresión más positiva.

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La ciudad de las ruinas

Día 30 – Sábado 27 de agosto – Atenas (0km)

A las 7:00 ya me había levantado, puesto todo en la moto y recorrida la corta distancia hasta el B&B donde me encontré con mi hermana y su marido, Alex, que tras una noche sin dormir en el avión estaban listos para llegar a la Acrópolis en cuanto sus puertas se abrieran, por delante de la mayoría de turistas.

Desayunamos de camino y un poco pasadas las 8:00 ya estábamos al pie de la colina que contiene unos de los restos arqueológicos más famosos del mundo. Había solamente unas pocas personas haciendo cola delante nuestro y todas parecían haber pasado con un amplio margen la edad de jubilación, pero aun así una chica del personal fue pasando por la cola preguntándoles si eran estudiantes. Dijeron que no, igual que no nosotros cuando nos tocó, pero un chico que había detrás nuestro, no precisamente mucho más joven que nosotros dijo ‘sí’ y, sin verificación alguna, la chica le dio una entrada gratuita. Demonios… nos podíamos haber ahorrado 30 euros.

IMG_1161Hay muchas cosas que ver al pie de la colina, mucho antes de alcanzar la Acrópolis misma, el Odeón de Pericles, el Teatro de Dionisio Eleuthero, el Odeón de Herodes Atticus… Pero tras dedicarles un rato, mi hermana decretó que quería ver la Acrópolis antes de que llegase el grueso de los turistas, y que ya habría tiempo de ver el resto de bajada.

IMG_1171Por desgracia, hay ciertos lugares en el mundo donde, no importa lo rápido que seas o cómo de temprano te levantes, no puedes huir de los grupos de los cruceros, y cuando llegamos a la entrada principal vimos las escaleras infestadas de gente con pegatinas en el polo que identificaban su pertenencia a tal o cual grupo, haciéndose fotos y escuchando a los respectivos guías, que intentaban mantener la distancia para no interferirse. Las explicaciones eran lo bastante largas para permitirnos a nosotros colarnos a través de los grupos y cruzar la entrada sin demasiada compañía.

IMG_1195No soy una persona especialmente dada a madrugar, pero por algo así vale la pena; entrar en una Acrópolis casi vacía a primera hora de la mañana, mientras el sol gana altura y la temperatura aun es fresca, es algo que hay que vivir. Todos hemos visto las fotos, todos la hemos estudiado más o menos en la escuela, pero poner los pies allí en persona produce una sensación difícil de explicar. No importa cuántas fotos cuelgue aquí o en Facebook, hay que venir a verlo.

IMG_1183Nuestras entradas incluían acceso a otros varios restos por toda la ciudad, y pasamos todo el día visitándolos a pesar de las altas temperaturas. Intento mantener este blog libre de política o religión, pero cuando uno ve lo avanzada que estaba esta civilización no puede evitar preguntarse dónde estaría hoy la humanidad si hubiera sido por enorme paso atrás que supuso el cristianismo y la edad media. Entiendo la necesidad del hombre de sentir que todo tiene un propósito o de creer en un ser superior que sí que sabe lo que hace, o al menos a quien culpar por las tragedias que suceden aleatoriamente, pero no dejo de llegar siempre a la conclusión de que la religión no nos ha hecho ningún favor. Y es solo la religión, últimamente me viene cada vez más a menudo a la cabeza aquella cita de George Carlin: ‘nunca subestimes el poder de muchos idiotas juntos’. Paseando por las ruinas me pregunté si quizá miles de años más adelante otra gente, quizá turistas de otros mundos, se pasearán entre las ruinas de nuestra civilización escuchando la explicación de su guía: ‘y en 2016 Trump se convirtió en presidente de los Estados Unidos…’

IMG_1238También visitamos el mercado … en el otro lado de la Acrópolis y nos perdimos un rato por las callejuelas de Plaka aunque decidimos dejarlo para la mañana siguiente y nos dirigimos a la colina de Philopappos para disfrutar de las mejores vistas de la Acrópolis.

IMG_1273La colina está situada al suroeste de las ruinas y es el lugar perfecto para ver la puesta de sol con unas vistas únicas de la Acrópolis bañada en el rojo del atardecer mientras el sol desaparece y luego contemplar las luces de la ciudad encenderse una a una, hasta que ha oscurecido casi por completo y la Acrópolis finalmente también se ilumina. Increíble.

IMG_1304A medida que atravesábamos el centro de vuelta al hotel, sin embargo, mi primera impresión de la ciudad del día anterior se vio confirmada; fuera de la Acrópolis y las calles que la rodean, la ciudad se cae a pedazos. Me quedan pocas capitales de la UE por ver (Dublín, Bratislava, Oslo, Luxemburgo) pero creo que puedo decir que Atenas era, con diferencia, la que se encontraba en peor estado.

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Sentimientos contradictorios

Día 29 – Viernes 26 de agosto – de Vergina hasta Atenas (485km)

Tenia un buen trecho hasta Atenas hoy y estaba decidido a evitar la autopista, donde se concentraba la mayor parte del tráfico (y de conductores lunáticos) y ver algo de paisajes agradables lejos de polígonos industriales, fábricas, chatarrerías y la grima general que rodea las grandes poblaciones, de modo que planeé una ruta que me llevara los más cerca posible a monte Olimpo sin desviarme de mi destino final y luego hacia el sur vía Larisa, Farsala, Lama, Thiva y, al final de todo, un tramo de autopista durante los kilómetros finales hasta Atenas.

Las malas primera impresiones que había tenido el día anterior no tardaron en desaparecer; llené el depósito en la primera gasolinera que encontré al salir de Vergina (la que el GPS situaba delante de la pensión existía, pero estaba abandonada) y tuve una corta charla, principalmente a base de gestos, con las señora de la gasolinera sobre las pegatinas de distintos países en la moto. Durante la mayor parte del día las carreteras eran muy agradables, con poco tráfico, adentrándose en las montañas, bajando hasta las llanuras y atravesando campos. Las únicas excepciones era, como me esperaba, las pocas poblaciones grandes que tuve que cruzar, pero incluso eso fue mejor de lo esperado, ya que eran más pequeñas de lo que me temía y el tráfico no era muy denso.

20160826071249_1El tiempo también había acompañado durante casi todo el camino, pero al final no pude escaparme del viento, que apareció a unos 150km de Atenas y fue tan molesto que, combinado con la fatiga de un largo día en la moto, terminó por darme dolor de cabeza. Hice un última parada para tomar un Ibuprofeno y me adentré en Atenas, temeroso de lo que me iba a encontrar.

Era con diferencia la ciudad más grande del viaje, el hotel que había encontrado estaba justo al norte del centro, y tenía mucho números de encontrarme con lo peor del tráfico de inicio del fin de semana.

La autopista se convirtió en una carretera de circunvalación que dejé al cabo de poco siguiendo las indicaciones del GPS y no tardé más de unos pocos semáforos en llegar al hotel. En resumidas cuentas, una entrada fácil y sin incidentes, cosa que agradecí. Me sorprendió ver la cantidad de motos grandes que había en la ciudad, sobretodo Suzuki V-Strom y Yamaha TDM 900, esta última rara de ver en España, y la cantidad de gente que iba sin casco. ¿Acaso no era obligatorio?

En el hotel de dijeron que aparcase la moto directamente en frente de las escaleras de la puerta principal, desde donde el recepcionista, que estaba de guardia 24h, pudiera verla, e insistieron en que no dejara nada en ella.

Aún me quedaba tiempo al final del día tras haberme instalado en la habitación, así que decidí salir a explorar el barrio y conseguir información para el día siguiente. MI hermana y su marido llegaban muy temprano por la mañana con un vuelo nocturno desde Madrid, pero no nos alojábamos en el hotel donde me encontraba yo ahora, cuando reservamos el nuestro no tenían habitación para mi el viernes, así que me tuve que buscar éste. El del sábado estaba a tan solo unas calles, así que me acerqué a preguntar si podía dejar mis cosas allí a las 7:00 de la mañana siguiente y si había algún sitio para guardar la moto.

20160826123845_1Anduve toda la calle de ida y vuelta y no fui capaz de dar con el bed and breakfast… no era un calle larga, quizá siete u ocho manzanas pequeñas, y no me había apuntado el número exacto, un error, lo sé, pero esperaba encontrar algún cartel fácilmente visible en el edificio. Resultó que no había más que una hoja de papel impresa y plastificada pegada a la pared al lado del portal, y solo la vi porque había un tipo con maleta y mochila delante esperando a que loe abrieran la puerta. Había un timbre en el letrero, y tras pulsarlo varias veces vino el propietario, pero no de dentro del edificio, sino andando calle arriba. Parece que tenían dos pisos separados y el timbre era inalámbrico y sonaba en el otro, el tipo que se estaba esperando me dijo que había leído que supuestamente teníamos que llamar una vez y esperar unos minutos. El chico del B&B dijo que no había problema en cuanto a la mañana siguiente, y me indicó un párquing a la vuelta de la esquina donde se quedarían la moto por 5 euros al día. Por lo que había visto hasta el momento en la calle, era un precio que estaba más que dispuesto a pagar por tener la moto en un lugar seguro.

20160826125047_1Lo poco que había visto intentando encontrar el B&B y lo que vi luego cuando me di un paseo hasta la estación de tren para encontrar información sobre pases de bus y metro me chocó bastante. Esto no era lo que me esperaba encontrar en el centro de una capital de la UE: las calles estaban muy sucias, los árboles no se habían podado desde quién sabe cuándo, tenía que andar agachándome para evitar las ramas, las plantas y césped en las jardineras de los espacios públicos estaban muertas o crecían sin control, había cajas de conexiones del alumbrado público con las puertas colgando, un número alarmante de comercios tenían los aparadores cubiertos con tablones o rejas o simplemente estaban abandonados, cubiertos en grafiti o con las lunas rotas, había edificios enteros vacíos y en estado de ruina, coches abandonados en la calle… era como si hubieran dejado de cuidarse de la ciudad hacía mucho tiempo.

20160826125727_1Con toda la info que necesitaba para el día siguiente, volví al hotel, escribí un rato y me fui temprano a la cama, el sábado iba a empezar muy temprano e iba a ser un día largo ye tenía muchas ganas de encontrarme con mi hermana y su marido y de visitar la Acrópolis.