Agradecimientos

Pasé 70 días en la carretera y durante ese tiempo conocí a mucha gente maravillosa a la cual estoy muy agradecido. Me ayudaron, me cuidaron, me entretuvieron, me hicieron compañía, me dieron consejo, comida y bebida, un lugar donde dormir y en general hicieron de esta experiencia algo irrepetible.

Es por ello que me gustaría darles las gracias a todos ellos aquí.

EN LA CARRETERA:

Gracias a

Mattia y Danilo por su hospitalidad, por un risotto delicioso y por las indicaciones para encontrar la mejor carretera hacia Eslovenia.

Metka y Franci por su hopitalidad, por el tour de Ljubljana y por descubrirme la tienda de cervezas, por una cena memorable en compañía de vuestros amigos, por las anécdotas de viajes en moto y especialmente por el CrampBuster, que resultó ser una ayuda inestimable en los largos tramos de carretera en Rusia.

Al personal del túnel de lavado de las afueras de Ljubljana, por enderezar mi maleta.

Al personal de BikerCamp en Budapest por tener un sitio tan agradable para los moteros y por dejarme las herramientas para arreglar mis maletas.

A Dalina, de Terra Mythica en Ighiu. Me alegré muchísimo de volver a verte, y entre todos me hicisteis sentir como en casa. Gracias por llevarme a cenar, y espero que disfrutases de la excursión al lago. Gracias también a toda tu familia y al resto del personal. Dile a tu padre que me sabe mal no haberme podido quedar una noche más y compartir algo de Palinca.

Al vigilante a cargo del parking en lo alto de la Transfagarasan, que no me quiso cobrar cuando le expliqué el viaje.

A Igor y su madre por su hospitalidad, por encontrarme un sitio seguro donde aparcar la moto y por no dejarme pagar por el parking y por una agradable conversación en su balcón.

A Luda y Sofia por su hospitalidad y por una maravillosa cena de comida tradicional Ucraniana, y especialmente a Luda por venir a buscarme a las afueras de Kiev, hacerme de guía en la ciudad, traducir por mí, lavar mi ropa y hacerme sentir como en casa.

A Denys por su hospitalidad, sus sabrosas verduras orgánicas y el paseo por el bosque al lado de su casa, me alegro de haber podido ayudar con tu español, que por cierto es fantástico (recuerda, “abejas”).

Al club de motos de Luhansk por escoltarme hasta el centro (¿hay una forma mejor de llegar a una ciudad?) y llamar a mi anfitriona y ayudarnos a encontrarnos.

A Anna por su hospitalidad, por dejarme estar en su apartamento un día más y enseñarme la ciudad, la fábrica de trenes, la escuela de pilotos militares y los aviones que había allí, por una cena genial y, en general, por convertir lo que iba a ser una noche de paso en una ciudad de la que no sabía nada en un fin de semana genial.

A Andrey y su novia por su hospitalidad y por un maravilloso tour nocturno de Volgogrado.

A Lex por inspirarme y por sus geniales historias de viajes, por su compañía en Volgogrado y Astrakán, antes de después del incidente de la llanta, y por venir conmigo de expedición nocturna un sábado a ayudarme a encontrar moteros para reparar mi moto. Me alegro de que completases tu viaje con éxito y estés de vuelta en casa, buena suerte en tu siguiente aventura.

A Martin por ser un compañero de viaje excepcional, por lo bien que lo pasamos entrando en Kazakstán y acampando la primera noche en el país. Espero que los Stans fuesen una aventura inolvidable (sí, estoy un poco celoso), querré toda la información que pueda sacarte sobre esa ruta, me encantaría intentarla en el futuro.

A Kate y a los chicos de BikerCity34, que se ocuparon de mi moto en Volgograd y me invitaron a comer en el taller.

A Vitali, del club de motos Ferrum de Volgograd, por recomendarme el taller. Me sabe muy mal no haber tenido el tiempo de vernos en persona y compartir una cerveza, los consejos me resultaron muy útiles.

A Valentin y Marina en Astrakhan. No puedo poner en palabras lo agradecido que os estoy por haberme dejado estar en vuestra casa hasta que mi moto estuvo reparada y pude continuar con mi viaje. Marina, gracias por toda la comida que preparaste, Valentin, tu ayuda para traducir tanto al teléfono como con Arkan no tiene precio. Estaré eternamente en deuda con vosotros.

A todos los camioneros rusos y ucranianos que pararon a ayudarme con la moto la borde de la carretera, por dejarme conectar la moto a los camiones para hinchar la rueda.

A Dasha por hacer mi larga espera en Astrakán mucho más llevadera, por las cervezas, los baños en el Volga, el tatuaje de henna, la noche que pasamos con tus amigos, por descubrirme música rusa y por traducir cuando encontramos a Arkan.

A Arkan por ayudarme a reparar la moto. Sin tu ayuda no hubiese podido seguir con el viaje, ni siquiera traer la moto de vuelta a casa. Estaré eternamente agradecido y debo decir que conocerte fue toda una experiencia.

A Ivan por su hopitalidad y por llevarme a escalar una chimenea de 120 metros de alto en una central rusa abandonada en Volgogrado. Fue una experiencia impresionante. Lo pasé genial contigo y con Sasha.

A Ilia por guiarme a través de un tráfico horrible entre Volgogrado y Voronezh, uno de los tramos más duros del viaje, y por alojarme en su apartamento en Moscú y enseñarme la ciudad. Te estoy muy agradecido por hospitalidad y por tomarte unos días libres y hacerme de guía, espero volver a vernos algún día, quizá en las montañas Altai.

A Sami por una agradable excursión en Finlandia por la frontera con Rusia y por un tour del memorial de la batalla de invierno y unas lecciones de historia muy interesantes (¡y por hacerme querer una KTM!)

Al ciclista que conocí en el cámping cerca de Ivalo por aconsejarme sitios no turísticos que visitar antes de ir hacia el Nordkapp, que sin dudarlo valían la pena (y un intermitente roto).

A Alf Tonny por su hospitalidad, la barbacoa de medianoche con su amigo Bjorn y por descubrirme música genial.

A Lenna por su hospitalidad, por llevarme a un festival de música genial en la playa, por enseñarme donde hacer la revisión de la moto yo mismo y por unas charlas nocturnas sobre grandes temas.

Al personal del concesionario de motos de las afueras de Estocolmo por aceptar mi moto ya tarde sin cita previa y quedarse hasta más tarde de la hora de cerrar para cambiarme el neumático y el kit de arrastre.

A Andrew, el Canadiense en mi habitación en el hostel de Estocolmo, por el tiempo que pasamos en la ciudad y las cervezas del sábado por la noche.

A Andrés, el colombiano que trabajaba en el hostel, por la barbacoa que organizó el fin de semana y por lavar mi ropa en el hostel por la mitad de lo que costaba en la lavandería.

A Nadia, nuestra anfitriona en Sarajevo, por cuidar de nosotros como si fuese nuestra abuela, por prepararnos la comida para el viaje hasta Belgrado, y por compartir la historia de su familia durante la guerra con nosotros a pesar de la barrera idiomática.

A la mujer que nos encontró pelados de frío buscando un sitio barato donde dormir en Sta. Maria tras bajar del Stelvio y nos ofreció una habitación en su casa.

 

EN CASA:

Gracias a

Stephen Stallebrass y Walter Colebatch por sus consejos e inspiración.

El personal del concesionario Suzuki Hamamatsu Motor por sus consejos técnicos y su apoyo.

Ignasi Calvo por sus consejos sobre Mongolia y Kazakstán.

Toda la gente del Club V-strom España, Stromtroopers, Adventure Rider y Horizons Unlimited por sus consejos y conocimientos técnicos. Estos foros son una fuente de conocimiento inagotable.

Montse, en mi trabajo, por dejarme marchar durante dos meses y hacer posible este viaje.

Diana, por poner en palabras la idea de este viaje, que llevaba demasiado tiempo dando vueltas por mi cabeza, y por animarme a hacerlo.

Mi compañero de piso y todos mis amigos por escuchar pacientemente mis divagaciones sobre el viaje, la ruta, la moto, la preparación…

Mis padres y mi hermana, por sus ánimos, su apoyo, y especialmente a mi padre por su ayuda y consejos en todo lo referente a la mecánica mientras preparaba la moto.

Nat, que apareció en mi vida cuando este proyecto ya estaba en marcha, por su amor, apoyo y comprensión, por unirse a mí en la carretera las tres últimas semanas y aguantar frío y calor extremos, días interminables sobre la moto, lluvia, hambre y sueño, todo sin experiencia de moto.