Hace mas o menos un año, al volver de pasar unos días en Francia, me encontré con que algún idiota había dado un golpe a la parte trasera de la moto al salir del hueco de aparcamiento y la había tirado al suelo. Alguien había tenido el civismo de levantarla y volverla a poner sobre la pata de cabra, pero no había ninguna nota… Si la levantó alguien que pasaba por allí o de alguna de las tiendas de esa parte de la calle, espero que no se hiciese daño con el peso y le estoy muy agradecido por su ayuda. Si la levantó el idiota que la empujó y se largó sin dejar ningún dato de contacto, espero sinceramente que se dejase los riñones y aún le duela.

Sea como fuere, el resultado fue una rascada en las barras de protección del motor (que me alegro de tener, pues sustituir los carenados de plástico es tremendamente caro), un intermitente destrozado, el guardabarros delantero partido y una maneta de freno rota.

Al empezar a recabar información para preparar este viaje llegué bastante rápido a la conclusión de que mis habilidades off-road eran mas bien nulas. He llevado la moto con equipaje en pistas en buen estado sin problemas, pero solo unos 20 km, y ya está. Sabiendo que la moto se me iba a ir al suelo mas de lo que yo quisiera en cuanto llegue a las partes mas duras del viaje (Kazakhstan y Mongolia) y no queriendo repetir el episodio de la maneta de freno (o embrague) rota, decidí sustituir los cubrepuños de la moto.

Los que venían con la moto eran los originales de la casa Suzuki, que dan una protección fantástica contra los elementos; mantienen el viento y la lluvia a raya y funcionan muy bien combinados con los puños calefactados. Sin embargo, son solo una pieza de plástico que encaja en los contrapesos al final de los puños, sin ninguna estructura de metal, de modo que no ofrecen ninguna protección real en caso de caída.

Decidí sustituiros por algo mas consistente, y tras buscar un poco me decidí por un par de BarkBusters. Tienen un aspecto fantástico, y el nervio de aluminio ofrece un buen nivel de protección si (¡o mas bien cuando!) la moto vaya a parar al suelo.

Los compré en Ubricar Motos por un precio bastante razonable y llegaron en tan solo un par de días. ¡Fantástico! Si no fuese por el detalle de que me enviaron el kit de montaje para una BMW GS… vaya.

En su defensa, tengo que decir que el servicio de atención al cliente fue muy amable y servicial y se ocuparon del error con eficacia. Recogieron los cubrepuños equivocados de mi casa y en un par de días mas ya tenía los correctos, sin ningún coste adicional, por supuesto.

Vendí los originales a través del foro de propietarios y me puse a instalar los juguetes nuevos.

Durante un par de días rodé sin cubrepuños y los eché mucho mas en falta de lo que hubiese pensado… dan mucha protección contra el viento.

El kit de montaje para mi V-Strom. Esos nervios de aluminio parecen lo suficientemente sólidos como para hacer un buen trabajo.

El kit incluye un par de «flaps» extra que se pueden montar a dos alturas diferentes para mas protección contra el viento. Yo los monté en la posición más alta.

Todo el proceso es muy sencillo y no me llevó mas de 20 minutos. Los protectores vienen con sus propios contrapesos y con dos juegos de espárragos distintos para poder montarlos tanto en manillares de aluminio como de acero.

Y este es el aspecto que tienen ahora. Mejoran la estética de la moto y estoy seguro que darán buena protección, pero cuanto mas tarde en descubrirlo, ¡mejor!