Rider1000 – 4ª Edición

La Rider1000 es un evento de resistencia no competitivo que consiste en hacer 1000 kilómetros por Cataluña empezando y finalizando en la ciudad de Manresa. El pasado fin de semana se celebró la cuarta edición, y participé por segunda vez.

La descubrí el año pasado solo un día antes de que las inscripciones para la anterior edición cerraran y no tuve tiempo de enredar a nadie para que se apuntara conmigo. Este año, sin embargo, logré convencer a dos amigos de que sería una idea genial levantarnos antes de las 6am y pasarnos 20 horas encima de la moto casi sin parar por carreteras de curvas. No solo eso, tres amigos más que son relativamente nuevos en esto de las motos decidieron apuntarse a la versión de 500km.

Con más tiempo para planificar el tema decidimos intentar no repetir mis errores del año anterior. Primero: apuntarse temprano. La salida comienza a las 6:00 en orden de inscripción, lo que significa que el año anterior yo fui el penúltimo en salir, a las 7:15. Para cuando se puso el sol estaba llegando al control de Horta de Sant Joan, en el punto más alejado de la meta en Manresa, y me quedaban cuatro horas y media de moto a oscuras. Terminé a la 1:17. El segundo error fue no reservar alojamiento para esa noche; pensé que simplemente volvería a casa al terminar, pero añadir 50km a esos 1000 que ya llevaba fue demasiado.

Con eso en mente, intentamos conseguir una hora de salida de las primeras, pero parece que la popularidad de la Rider va en aumento y a pesar de que nos inscribimos tan solo dos horas después de que abrieran las incripciones nos tocaron los números 578 y 579 y hora de salida a las 7:35. Bueno, al menos sí evitamos el segundo error y reservamos un apartamento en Manresa para todo el fin de semana.

Había previsión de lluvia en toda Cataluña para el sábado. Nos despertamos a las 5:45 y cuando llegamos a la carpa de la organización para recoger el desayuno el cielo estaba completamente cubierto, pero no llovía. Comimos el bocata y el café y llevamos las motos hasta la fila de salida que nos correspondía.

Unos minutos más tarde llegó nuestro turno: nos sellaron el pasaporte, comprobaron y anotaron los números de inscripción, nos hicieron una foto delante de una pancarta con los patrocinadores tan rápido que ni pude ponerme en una posición decente (no voy a colgar esa foto) y nos pusimos en fila tras la línea de salida, preparados para nuestro turno. A las 7:35 clavadas subimos a la rampa de salida, esperamos un minuto para dejar hueco con los 6 participantes delante nuestro y ¡nos dieron la salida!

Teníamos 72km hasta el primer control, el primer trozo en carretera nacional buena, y al igual que en la edición anterior, la perspectiva de 850 moteros ansiosos de hacer kilómetros lanzándose a la carretera casi a la vez era demasiado tentadora como para que la policía la dejase escapar: montaron un radar y tenían por lo menos un coche patrulla camuflado en ese tramo de carretera. Tuvimos suerte y unos moteros que venían en sentido contrario nos advirtieron, pero otros no salieron tan bien parados y comenzaron el día con 300€ menos en la cartera. La policía debió recaudar lo suficiente para comprar varios coches patrulla nuevos para la comarca…

R01La ruta se volvió interesante al cabo de poco cuando dejamos la carretera principal por una mucho más estrecha en Queralt, con una pendiente del 18% que puso a prueba las motos.

Mucho moteros iban con prisa para quitarse de en medio tantos kilómetros como fuera posible al principio del día y algunos tomaban riesgos innecesarios al adelantar. No tardamos mucho en encontrar una moto que había ido a parar al sembrado al lado de la carretera. Por suerte su dueño estaba bien.

Nos pusieron el primer sello del pasaporte en Les Pobles, y nos lanzamos a por la segunda etapa más larga del día: 96km hasta el El Lloar.

R02Tras un inicio del día frío y nublado salió el sol y pudimos disfrutar de una de esas salidas en que todo es perfecto: la carretera, el tiempo, el paisaje… estábamos en el corazón de las montañas del Montsant. Paramos solo un momento en el segundo control antes de seguir con otros 53km más hasta Prat del Compte, a donde llegamos a las 11:42, casi media hora antes de lo que mis cálculos originales indicaban, así que nos tomamos el tiempo de descansar un poco.

R03Mientras dábamos cuenta de un bocadillo para almorzar oímos a un grupo de gente en GSs hablar de un accidente que acababa de pasar a la salida del pueblo: parece que al poco de salir de Prat del Compte la policía había puesto otro radar móvil tras unos arbustos en una recta larga. Aparentemente una GS que se percató del control frenó de golpe para evitar una multa y una GSXF 650 que venía detras no la pudo evitar y terminó en el suelo. el resultado fue solo una palanca de cambios y una pata de cabra doblados en la GS y dos moteros ilesos, el del suelo con más plástico roto en su moto. Se podría decir que poniendo un radar en un tramo recto perfectamente seguro, sin cruces y con visibilidad perfecta, la policía había causado un accidente en vez de evitarlo. Al salir de Prat del Compte (bien lentitos, por supuesto) vimos el coche patrulla con el radar y al lado un motero con cara de poca felicidad y su moto, ahora naked, esperando la grúa.

Giramos a la derecha al cabo de poco para tomar la carretera que conecta con Bot a través de la Serra de Pàndols. El siguiente control estaba a unos simples 23km, pero esta era la carretera más estrecha y revirada que íbamos a encontrar en todo el día.

R04Tan estrecha, de hecho, ¡que habían instalado espejos en algunas curvas para poder ver si venía alguien de cara! Por suerte la carretera estaba vacía aparte de los participantes de la Rider, que íbamos todos en la misma dirección.

Aún teníamos sol cuando llegamos a Batea, el punto más al suroeste de nuestra ruta, pero cuando salimos de nuevo a la carretera en dirección nordeste vimos que nos esperaban nubarrones negros.

R05La mayoría de la gente imagina que la parte más dura de la Rider1000 son los últimos 3 o 400 kilómetros, cuando oscurece y aún te queda un buen rato para la llegada, pero he descubierto en mis dos veces aquí que una vez superados los 500km el cuerpo se acostumbra, coge un cierto ritmo y se instala en una rutina serena de ir haciendo kilómetros en cualquier condición. No, la parte más difícil para mí en esta edición fue el momento entre los 250-300km. No era un tramo particularmente largo (59km), íbamos bien de tiempo, no llovía, no hacía demasiado frío y la carretera era bastante buena, pero me había empezado a doler la espalda (cometí el error de llevar una mochila con agua y comida en vez de atarla al asiento), las lentillas se me comenzaban a secar y me di cuenta de que apenas habíamos cubierto una cuarta parte del recorrido. Durante los últimos 20km más o menos fui detrás de un tipo en una Kawasaki con un tubo de escape IXIL que hacía un ruido horrible, e iba a esa velocidad tonta que es demasiado para poder adelantar en una carretera sin un solo tramo recto pero demasiado lento como para perderlo de vista. Para cuando llegamos a Margalef tenía un principio de dolor de cabeza, y para empeorar las cosas me di cuenta de que me había dejado el ibuprofeno que había metido en la maleta para casos así. Maldita sea.

La organización nos daba de comer en el siguiente control, así que tras ponerme un poco de lágrima en las lentillas para hidratarlas decidimos seguir sin más demora para comer a una hora decente y sobre todo para salir a la carretera por delante del de la Kawa.

Es curioso como funciona el tema del cansancio: en esta siguiente etapa me encontré mucho mejor. Quizá había sido el ruido del escape ese, quizá ya tenía ganas de comer, quizá una parada intermedia a repostar la moto ayudó, o quizá la carretera era más rápida, con curvas más amplias. Sea como fuere, los 89km hasta Montgai se me hicieron cortos y me sentía fresco de nuevo.

R06La calle principal en Montgai estaba atiborrada de todo tipo de motos, cosa sorprendente porque habíamos estado yendo solos casi toda la mañana, encontrando otras motos solo en los controles. O estábamos teniendo mucha suerte con el tráfico, o eramos dos de los pocos siguiendo la ruta recomendada y no cortando de un control a otro por autovías o carreteras principales. En cualquier caso nos sentamos a disfrutar de una buena ración de fideuà (ahí está, comida ligera para volver a la moto), y descansamos un rato al sol, que había vuelto a salir.

IMG-20160507-WA0002Teníamos nubarrones en todas las direcciones, pero parece que estábamos siguiendo los pocos agujeros azules todo el rato.

Era hora de tirar hacia el norte, hacia Pirineos. Si iba a llover al final, era allí donde teníamos más posibilidades de que nos pillara: montañas altas por la tarde.

R07Los siguientes 64km, a la orilla del pantano de Terradets, eran en una carretera rápida, y todo el mundo aprovechó para recuperar tiempo en esta etapa. Pasó tan rápido que tomamos el café de después de la comida allí, menos de una hora después del control previo. Y seguía sin llover.

No íbamos a llegar a Pirineos aún, oh no, nos íban a hacer sufrir para ganárnoslo. Tras Cellers la ruta se desviaba hacia el este en Tremp y luego al sur en Isona, para volver al este hasta llegar al control de Peramola, al otro lado del Segre frente a Oliana.

R08Era justo pasado las 6 de la tarde y aún no habíamos llegado a la mitad. Fue aquí donde mi teléfono se quedó sin batería: error mío, debería haberlo llevado en modo avión y usarlo solo para actualizar Facebook en los controles, pero no caí en ello. Resulta que la mayor parte de la ruta transcurría por zonas sin cobertura y el teléfono iba buscando señal, agotando la batería mucho antes de lo previsto. Aún no había instalado la toma de 12V en la AT, así que ahí terminó el reportaje en directo en Facebook. Lo siento, prometo una logística mejor el año que viene.

R09Sólo teníamos 30km entre Peramola y Solsona cuando la lluvia finalmente hizo acto de presencia. Por suerte fueron solo cuatro gotas, y escampó para cuando llegamos al 10º control y el ecuador de nuestra aventura. Fue aquí cuando nos informaron de que más de la mitad de los participantes ya había pasado el control, confirmando nuestras sospechas de que había gente tomando alternativas más rápidas. Oh, bueno, al demonio con el reloj, nos lo estábamos pasando en grande en las curvas y no íbamos a parar ahora.

El siguiente tramo iba a ser interesante, no llovía, pero la temperatura estaba bajando e íbamos en dirección norte hacia La Seu d’Urgell por carreteritas en la zona de Port del Compte. Fue aquí donde cometí mi único error al planificar la ruta: deberíamos haber cortado por la estación de esquí en vez de dar la vuelta, ya que tuvimos que bajar la montaña hacia el suroeste y volver a subir por el noroeste y perdimos tiempo allí. No importa, el paisaje valía la pena, así que compensó con creces el error.

R10Teníamos 66km hasta el control de Cornellana, en medio de la nada en la montaña, y luego otros 30km hasta la nacional en La Seu.

Las motos iban ya cortas de gasolina para este último tramo, y no encontramos ni una sola gasolinera en ninguno de los pueblecitos por los que pasamos.

R11El sol se puso mientras bajábamos hacia la nacional, pero las nubes nos robaron lo que podía haber sido una puesta de sol espectacular tras los picos nevados. Una vez en la carretera principal nos apresuramos hasta una gasolinera entre La Seu y Alp, el 12º control del día. De camino hacia allí nos encontramos con una densa nube de humo nada más salir de un túnel. Al principio pensé que era una coche que ardía, quizá un accidente, pero luego vimos que era un Volvo diesel cuyo motor había empezado a quemar aceite y se estaba autodestruyendo a pleno gas.

La familia a la que debía pertenecer estaban lo más alejados posible, aterrorizados y posiblemente sin tener ni idea de qué le estaba pasando a su coche. Mi amigo me contó más tarde que la única forma de parar algo así es tapar el conducto de admisión para ahogar el motor, pero a ver quién es el guapo que mete la mano en el motor en esas condiciones sin saber exactamente dónde está.

IMG-20160508-WA0001Ya era de noche cuando llegamos a Alp, y comimos un bocadillo para cenar al lado de una de las estufas de parafina que habían encendido para en el control para mantenerse calientes. Solo vimos unas cinco o seis motos más en este control, y nos preguntamos cuántas debían quedar detrás nuestro.

Era hora de comenzar la parte nocturna de la Rider. Aún nos quedaba mucho camino y cuatro controles para terminar, y comenzaba con la subida a la mítica Collada de Toses. En plena noche. Llegados a este punto podríamos haber tomado un atajo y subir por La Molina, pero estábamos envalentonados y decidimos hacer el puerto entero. Hora de sacar la bebida energética que llevaba reservada en la mochila.

Fue mucho mejor de lo que esperaba, la temperatura solo bajó hasta los 5ºC en la parte de arriba del puerto, y los faros LED de la AT son estupendos. Sin embargo, en carreteras así, aún eché en falta un par de antinieblas para iluminar hacia los laterales, ya que en curvas tan cerradas estaba yendo hacia la oscuridad total al girar, algo que no inspira mucha confianza… al menos podíamos ver los faros si venía alguien de cara. No es que hubiese mucho tráfico tampoco, solo vimos tres coches, y eso ya abajo del todo.

Esta etapa era la más larga del día, 100km entre Alp y el siguiente control en Les Preses, justo al salir de Olot. Por suerte, tras bajar de La Collada la carretera se volvía mucho más rápida y pudimos llevar un buen ritmo los últimos 50km. Encontramos el taller de RODI donde habían montado el control prácticamente desierto, era medianoche justa y nos dijeron que quedaban unos 300 participantes por pasar. Bueno, no íbamos tan mal, teníamos los números 578 y 579 de 850, recordad. Tras llenar el depósito por última vez (por si acaso, solo entraron cinco litros en las motos) volvimos a la carretera.

R12Teníamos ahora por delante 70km de carretera nacional buena y autovía, e hicimos un buen tiempo hasta el siguiente control. Nos sorprendió ver muchas motos en sentido contrario la nuestro en dirección al control que acabábamos de dejar. Imagino que habían ido por el túnel del Cadí para evitar La Collada, pero eso implicaba una vuelta enorme, aunque fuese por carreteras principales.

R12Dejamos la C-17 y entramos en l’Ametlla a las 0:55. Solo un control más antes de llegar a Manresa y la meta. Aquí la mayoría siguió en dirección sur por la C-17 y luego por la autopista por una ruta que eran unos 80km y algo menos de una hora. Nosotros decidimos que a estas alturas ya no importaba sufrir un poco más, y cruzamos recto por en medio de la sierra de Sant Llorenç, aunque ‘recto’ sea un término algo optimista para una carretera que era de todo menos recta.

R14No vimos ninguna otra moto tomar la misma ruta. Llegamos al último control a la 1:58, las chicas que nos sellaron el pasaporte tan aburridas ya estas horas que se habían entretenido sellándose la cara las unas a las otras.

Solo 21km para la meta ya. Bajamos de las montañas con las luces de Manresa ya visibles a nuestros pies, y muchas motos subiendo en el sentido opuesto desde la autopista para conseguir su último sello antes de volver a bajar por el mismo camino.

R15A las 2:37 entramos en el aparcamiento de dónde habíamos salido esa mañana, exactamente 19 horas antes, y cruzamos la línea de llegada.

La Rider1000 es un reto largo y exigente, la mayor parte de esos 1000km se hacen en carreteras de montaña con curvas de 2ª y 3ª velocidad, no son kilómetros de autopista relajados. La velocidad media que conseguimos fue de solo 63km/h, y no paramos mucho rato en los controles. A pesar de todo, es una experiencia que vale mucho la pena, un recorrido por algunas de las mejore carreteras y paisajes (¡al menos hasta que oscurece!) de Cataluña. ¡Volveremos el año que viene!

IMG_7995Distancia total: 943km

Tiempo total: 19 horas

Velocidad media: 63km/h

Consumo medio: 5,0/100km