Día 3 – Miércoles 2 de agosto – de Bellecombe-en-Bauges a Séez (292km)
El cámping, llamado Les Framboisiers (de ahí el nombre del perro), era maravillosamente tranquilo y dormir sobre césped mullido era mucho más cómodo que la tierra seca y dura de la noche anterior, así que me desperté fresco y preparado para un día largo sobre la moto.
Primero tenía que recorrer los 90km restantes hasta Thonon-les-Bains, donde la ruta en sí empieza. Tras dejar el cámping atravesé el segundo puerto en la zona, el Col de Leschaux, y luego bajé hasta Annecy. La ciudad era preciosa (una vez más mi GPS decidió tomar la ruta turística a través del centro) pero el tramo desde allí hasta Thonon-les-Bains tenía mucho menos interés; principalmente autopista y luego un trayecto lento por una route nationale atiborrada de camiones de reparto, caravanas y abuelos en Peugeots pequeños.
Esta vez el GPS hizo lo correcto y me llevó directamente al punto de inicio de la ruta, en la D902, en lugar de algún barrio residencial en Thonon-les-Bains (¿quizá no lo estoy programando bien?)
Estaba ansioso por empezar la ruta al fin pero, comparado con las carreteras que había hecho hasta entonces, el inicio era algo decepcionante; la D902 es una vía relativamente importante y, al menos hasta Montriond, había mucho tráfico. Pero no desesperéis si venís a hacer esta ruta, las cosas mejoran rápido. Tened paciencia e id con cuidado, hay muchos lugareños usando esta carretera y algunos de ellos con prisas; en unos pocos kilómetros vi adelantamientos bastante al límite, así que no os arriesguéis.
Este tramo de la carretera atraviesa el Col de Gets, el primero de la ruta, pero es más bien poco destacable (de hecho no me di cuenta de que lo había cruzado hasta más tarde, de modo que no tengo ninguna foto). La carretera desciende entonces hasta Cluses, donde la mayor parte del tráfico desaparece en dirección a la A40 hacia Ginebra o Chamonix. Desde ese punto, la ruta pasa a una carretera mucho más pequeña, la D4, en ascenso hacia el Col de la Colombière. Una vez más, esto era terreno de motos y bicicletas, los pocos coches que se interponían en mi camino despachados rápidamente con un golpe de gas en cuanto tenía unos metros de carretera libre por delante. En vías tan estrechas es importante asegurarse de que los coches sepan que estás detrás suyo y tienes intención de sobrepasarles, pues no hay mucho espacio, justo en el borde de la carretera suele haber una ladera casi vertical sin protección alguna y los conductores suelen estar absortos contemplando las imponentes vistas, de modo que podrían echarte de la carretera fácilmente mientras les adelantas. Usad siempre los intermitentes, haced ráfagas e incluso dad un toque a la bocina antes de empezar la maniobra, siempre en la marcha más corta posible y vigilando que no hay ciclistas.
El puerto en sí era bastante estrecho y había muchos coches aparcados en lo más alto, pues es el punto de inicio de muchas rutas a pie. Paré a descansar un poco y comer algo de fruta mientras disfrutaba de las vistas antes de empezar la bajada por el otro lado.
El siguiente puerto era Col des Aravis, también un punto de inicio de muchas excursiones y, en la distancia, cubierto con sus nieves perpetuas, vi cómo se alzaba majestuoso el Montblanc.
La bajada por el otro lado era suave, a través de vastos campos de hierba con ganado y casas de madera salpicando el paisaje. Al fondo del valle atravesé el pueblo de Notre-Dame-de-Bellecombe y empecé la subida hacia el Col des Saisies.
Este era amplio y abierto, y tenía una estación de esquí que, a diferencia de otras que había visto, estaba abierta y hervía de actividad con excursionistas y bicicletas de descenso. Paré a la sombra de un abeto para leer el mapa y estudiar la situación. Ya había pasado el mediodía y empezaba a acusar el cansancio, estas carreteras pasan factura, hacer 500km al día no es una opción por aquí. Había estado dando vueltas a la idea de dividir el trayecto hasta Briançon en dos días, y concluí que eso me daría más tiempo para tomármelo con calma y tener más tiempo para escribir al final del día, así que decidí hacer un puerto más y buscar cámping.
De bajada del Col des Saisies vi que me quedaba solamente una barra en el indicador de combustible, así que tenía que encontrar una gasolinera cuando llegara al fondo del valle. Una vez llegué, sin embargo, no había ni rastro de la gasolinera que indicaba mi GPS ni ninguna otra, al menos en la dirección en la que yo iba, así que decidí arriesgarme y enfilar el siguiente puerto con la gasolina que me quedaba. Para mi sorpresa, atravesé el precioso Lac de Roseland, el puerto de Cormet de Roseland y llegué a Bourg-de-St-Maurice con gasolina de sobra. Esperaba que la reserva se encendiera de bajada, pues ya pasaba de 300km, pero no lo hizo. No solo eso, cuando fui a llenar el depósito solo entraron algo más de 14 litros, así que aún quedaban más de cuatro dentro.
Era media tarde cuando dejaba atrás Bourg-de-St-Maurice, pero el calor por debajo de 1000m era considerable y el siguiente puerto de la lista era el Col de l’Iseran, el más alto de la ruta y uno que quería disfrutar, así que decidí dejarlo allí y paré en un cámping en Séez. Era un sitio grande, el primero con bar, así que me regalé una cerveza, cosa que no ayudó con el blog.
Cuentapuertos:
8. Col de Leschaux 897m
9. Col des Gets 1170m
10. Col de la Colombière 1613m
11. Col des Aravis 1486m
12. Col des Saisies 1650m
13 .Cormet de Roseland 1967m