Los neumáticos son una parte importante del equipo para un viaje así y, en mi caso, un tema que me ha dado bastante que pensar, no tanto sobre qué neumáticos usar, sino sobre si debo llevarme un juego conmigo o no.
Había decidido que iba a atravesar Europa con los neumáticos que ya tengo, un juego de Michelin Anakee 2, aún tienen casi todo el dibujo y la mucha de gente les ha sacado kilometrajes muy elevados, y luego cambiarlos por un juego de Heidenau K60 en Volgogrado antes de empezar con la parte más complicada del viaje.
La mayoría de gente dice que es difícil encontrar las medidas que necesito para mi moto en Rusia, no digamos ya en Kazakstán o Mongolia, así que podía buscar un taller cuando llegase el momento de cambiarlas y esperar que hiciesen un pedido y les entregaran un juego, podía comprarme yo un juego y mandarlo por adelantado para que ya estuviesen allí cuando llegue a Volgogrado o podía llevarme un juego desde el principio.
Esperar que lleguen los neumáticos no era una opción, ya que no quiero pasar más tiempo del necesario en un lugar determinado a no ser que haya un problema, mandarlos por adelantado implica tener un contacto en Volgogrado que los reciba y los guarde, y puede que tenga que pagar las tasas de importación en el momento de la entrega. Imagino que podría haber arreglado algo a través de HUBB, pero era demasiada complicación y me gustaba la idea de tener un par de neumáticos de recambio si un pinchazo no se puede arreglar fácilmente con un kit de reparación. Siempre puedo intentar llegar o hacer transportar la moto hasta el taller más cercano y hacer cambiar el neumático.
Así que una vez decidido que me iba a llevar los neumáticos conmigo, me pasé el fin de semana estudiando distintas maneras de fijarlos a la moto.
Llevo el material de acampada/cocina en una maleta; las herramientas, kit de reparaciones, recambios, kit de mantenimiento en la otra; la documentación, cosas importantes, ordenador, cámara, etc. en la bolsa de sobredepósito y la ropa, botiquín y kit de coser en un macuto impermeable.
Descarté rápidamente la opción de colgar los neumáticos detrás de la moto: desplazaba demasiado atrás el centro de gravedad y ya llevo una garrafa de gasolina y botellas de aceite y grasa ahí, por no decir que cubrirían parcialmente el piloto trasero o el escape o la placa de matrícula según la posición.
No llevo alforjas delanteras y había visto fotografías de un motorista que había colgado los neumáticos del depósito a ambos lados de la moto. Probé esa posición, pero son demasiado grandes y cuando están atados interfieren bien con mis piernas, bien con la dirección.
Así pues, iban a tener que compartir el asiento del acompañante y el portaequipaje trasero con el petate.
Probé distintas posiciones: primero la bolsa y luego los dos neumáticos detrás en vertical, lo mismo pero al revés, un neumático detrás de mi y otro detrás de todo, con la bolsa en medio, un neumático de pie, otro tumbado y la bolsa encima, incluso un neumático encima de cada maleta y la bolsa metida a través de los dos… Todas las posiciones quedaban muy abigarradas y tenías varias desventajas: se acumularía agua dentro de los neumáticos, quedaban demasiado altos, tendría que quitarlos cada vez que quisiera coger algo de la bolsa o llevármela (y eso es a diario)…
No quería tener que quitarlos hasta el momento de montarlos, la idea era fijarlos a la moto con cintas y atarlos al portaequipaje con cable con candado para hacer que fuese más difícil robarlos. Al final pues la mejor posición era ponerlos planos y colocar la bolsa encima.
Había dos cosas que no me gustaba de esta opción: el conjunto quedaba demasiado alto (me llega casi hasta los hombros) y quedaba un gran hueco sin usar dentro de los neumáticos. Sin embargo, tras pensar un poco, encontré un buen compromiso.
Iba a llevar las provisiones dentro del petate (lo compré grande porque no quería cargar con demasiadas bolsas más pequeñas), pero si usaba el espacio en los neumáticos para llevarlas la bolsa estaría más vacía. No solo eso, sino que las cosas de dentro se podrían comprimir con más facilidad (casi todo ropa) de modo que quedaría más plana contra los neumáticos y podría enrollar la boca de la bolsa mejor, haciendo que fuese más impermeable. Decidido.
Planos contra el asiento y el portaquipaje, los neumáticos ocupaban bastante, y si me sentaba cómodamente sin que me tocasen la espalda, quedaban un par de centímetros demasiado atrás, de modo que no descansaban sobre el portaequipaje, lo que significaba que tenía que hacer algo para aguantarlos ahí. Había quitado la maleta pero no había instalado una base para equipajes, solo había el original, y no quería pagar una fortuna por una extensión solo para apoyar un lado de los neumáticos, así que decidí fabricarme mi propio soporte.
Compré un par de ángulos de hierro acerado (el aluminio era más ligero, pero demasiado flexible, y los de hierro eran muy rígidos para lo que pesan) y me puse a trabajar para hacerlos encajar en los puntos de montaje del portaequipaje de la moto.
Tengo que decir que tenía el privilegio de contar con la ayuda y consejos de mi padre para esto, un ingeniero nato (y de los mejores), de modo que por el precio de un par de ángulos metálicos y unas horas de trabajo en buena compañía conseguí un portaneumáticos hecho a medida perfecto. Supera eso, Touratech.
Los cortamos a la medida adecuada, limamos los cantos, le dimos forma al ángulo inferior para hacer que encajasen bien en el portaequipaje de la moto sin que perdiesen rigidez estructural y taladramos los puntos de montaje y, ya que estábamos en ello, un agujero en cada punta que viene muy bien para enganchar cosas.
A parte de eso, también me dediqué a mejorar/personalizar las maletas Touratech. Había comprado cuatro candados para cerrarlas y eran geniales, ligeros y se abren todos con la misma llave, pero en tan solo un par de días de llevarlos puestos ya habían empezado a rayar las maletas, y vibran como el demonio a unas 5 o 6.000 rpm, que es el rango de revoluciones más habitual en la moto…
Así que compré algo de espuma adhesiva y recorté cuatro protectores para ponerles debajo. También compré cinta reflectante para pegar en la parte trasera de las maletas, quiero hacerme bien visible, sobretodo en esas partes del mundo donde los conductores no están tan acostumbrados a la presencia de motos como en Barcelona.
Finalmente, compré unos botellines de bicicleta baratos y portabotellas y los instalé en la parte de delante de las maletas. Espero que se mantengan frescos con el aire, y son una buena reserva de agua para las partes más duras del viaje.