Pasan bastante de las dos de la madrugada casi en el otro lado del mundo y llevo las últimas cuatro horas pegado a la pantalla del teléfono siguiendo las noticias. Apenas una hora antes de enterarme del ataque terrorista en mi ciudad estaba hablando con un japonés que acababa de conocer y mencionó el problema de ISIS en Europa. Le dije que Barcelona se había librado hasta el momento. Hasta el momento.
Me siento profundamente triste por este acto de violencia sin sentido, pero al mismo tiempo orgulloso de las muestras de solidaridad que la gente de Barcelona ha dado en estos momentos tan duros, y más orgulloso aún de ver los mensajes de apoyo que llegan de todo el mundo. Aún tengo que encontrar el sitio donde al mencionar el nombre de mi ciudad no me hayan recibido con una sonrisa. Ese espíritu jamás será destruido. El mundo es bienvenido en Barcelona y Barcelona es bienvenida en el mundo.