Objekat 505

Día 5 – Martes 2 de agosto – De Korenica a Omiš (325km)

Cuando viajeis, hablad siempre con la gente del lugar. Son una fuente de información mil veces más valiosa que cualquier guía publicada o web de viajes al uso si lo que quereis es descubrir cosas interesantes.

No hay ningún autobús local que conecte Korenica con el parque natural de Plitvice, así que para volver a casa al final de la visita el día anterior tuvimos que esperar en la parada a la salida del parque a que pasara uno de los autocares de línea regulares que van de Zagreb a Zadar o Split y esperar que hubiera asientos libres, cosa que no parecía demasiado probable viendo la cantidad de turistas japoneses y mochileros que estaban también haciendo cola y ya tenían un asiento reservado. Cuando el autobús llegó estaba lleno pero, por suerte, a pesar de que Croacia es miembro de la UE desde hace tres años, la cultura de higiene y seguridad tan prevalente en la mayoría de estados miembros parecía no haber afectado la vida cotidiana aquí aun, así que nos dijeron que podíamos viajar de pie en el pasillo. Un turista japonés se bajó en la siguiente parada, dejando un asiento libre para Nat, y un conocido del conductor que iba sentado delante hablando con él me invitó a sentarme en el asiento plegable del guía.

En un momento ya estábamos hablando de motos y lugares que visitar en la zona, y en un momento dado señaló por las ventanas de la izquierda a una montaña con antenas en la cumbre y me dijo que era el monte Plješevica, la más alta de la región. Luego, en un tono más confidencial, me contó que tras la montaña había un ‘aeropuerto secreto’. En el mapa que nos dieron del parque natural y sus alrededores vi que había un par de líneas rectas y largas que parecían pistas y que la línea divisoria entre Croacia y Bosnia, que sigue más o menos la líniea divisoria de las aguas se desviaba en ese punto y entraba en el lado Bosnio de la montaña para incluirlas en territorio croata, pero no había ningún nombre que indicara que era un aeropuerto o que se encontrara en uso. Obviamente, me despertó una enorme curiosidad, pero antes de poder conseguir más información su móvil sonó y se enfrascó en una conversación que aun duraba cuando llegamos a nuestra parada.

De vuelta al apartamento miré en Google Maps, pero no aparecía nada más que un par de pueblecitos cerca de la carretera que lleva a Bosnia. Sin embargo, al activar la imagen por satélitem aparecía lo que parecían al menos cinco pistas de aterrizaje.

Screenshot_2016-08-03-15-50-44Screenshot_2016-08-03-15-50-25El mapa de OSM en el Garmin lo confirmaba, y a estas alturas yo estaba más que decidido a descubrir qué era. Una búsqueda del nombre de la montaña en Google me dio por fin más información.

No era un aeropuerto abandonado, sino una base militar, llamada base aérea de Željava, con el nómbre en código ‘Objekat 505’, construida entre 1948 y 1968 como un sistema de radar de alerta temprana de la antigua Yugoslavia, con una estación de radar en la cima del monte Plješevica y una base aérea en las entrañas de la montaña que alojaba cazas Mig en unas instalaciones a prueba de explosiones nucleares. La base tuvo un uso intensivo durante la guerrra de los Balcanes, y cuando el Ejército Popular Yugoslavo huyó de la zona, destruyeron las pistas y el complejo de túneles con toneladas de explosivos. Hoy la base se encuentra completamente abandonada y es de fácil acceso desde el vecino pueblo de Željava.

‘De fácil acceso’ no significa que sea seguro ni aconsejable hacerlo. El hecho de que fuera una instalación militar significa que la zona estaba fuertemente minada, y esas minas siguen ahí a día de hoy. Dentro, la estructura se encuentra seriamente dañada por la detonación de más de 56 toneladas de explosivos y hay grandes cantidades de polvo de PCB cancerígeno y americio radioactivo de la destrucción del sistema de detección de incendios. Bien, lo único que faltaba era explicarle a Nat que íbamos a llegar unas horas tarde a la playa en Omiš. Y no mencionar las minas.

20160802034714Gracias a los mapas de OSM encontramos el camino al pueblo de Željava sin problemas después de un precioso recorrido hasta el otro lado de las montañas, y desde allí una carretera estrecha que estaba siendo devorada a ambos lados por la creciente vegetación nos llevó hasta una verja que marcaba la entrada al complejo. A su lado, entre arbustos, la primera sorpresa de la visita – un DC3.

20160802033913Bajamos de la moto y le dije a Nat que no pisara fuera de las zonas asfaltadas o de caminos claramente trillados, porque había minas por todas partes. Me lanzó una mirada fulminante que decía ‘divorcio’.

20160802033726Pasamos la verja y a través de más árboles y arbustos cerniéndose sobre la carretera, llegamos a la intersección de las tres pistas principales y, a nuestra derecha, las entradas al complejo subterráneo.

20160802041640201608020352532016080203540820160802035520La central estaba diseñada especialmente para cazas de combate, y las en las otras dos los daños de las explosiones eran evidenters, con enormes trozos de cemento armado colgando del techo abovedado y parte de las grandes puertas presurizadas de acero y cemento tiradas en el suelo.

2016080203570120160802034859Llevaba una buena linterna conmigo y empecé a aventurarme por el túnel, pero el aire estaba enrarecido, y una foto con flash reveló la cantidad de polvo en suspensión que había, así que no me arriesgué a internarme más sin una máscarilla. Habrá que volver antes de que la UE se entere de la existencia del sitio y mande sellarlo.

20160802035823A continuación recorrimos una cuarta pista que atravesaba la frontera entre Croacia y Bosnia. A medio camino había unos bloques de cemento que cerraban el paso con moto, y a ambos lados había señales prohibiendo el paso, pero no había ningún tipo de vigiliancia. Aqui estamso a ambos lados de la frontera, Nat en la UE y yo fuera de ella.

201608020414202016080204124420160802041152Después de la foto hicimos una pasada por la pista principal con la moto a fondo (¿quién no lo haría?) y contentos de no haber saltado por los aires por culpa de una mina, volvimosd a Korenica y emprendimos el camino a Korenica.

20160802042249Desde mi primer visita a Croacia la autopista que atraviesa el país siguiendo más o menos la costa ya está prácticamente completada, desviando la mayor parte del tráfico de las carreteras secundarias que eran la única manera de desplazarse por el país. Esto significa que carreteras que anteriormente eran infernales (horas atascado tras camiones y tráfico lento) estaban ahora gloriosamente vacías. Si venís a Croacia en moto, evitad la autopista, las carreteras del interior son una joya.

20160802060217Llegamos a Omiš a media tarde con un calor de 35 grados y casi lloramos cuando la mujer a quien alquilamos el apartamento nos recibió con un par de cervezas frías. ¡Me encanta esta costumbre!

Tras descargar la moto y darnos una ducha fría, nos cambiamos y fuimos a dar una vuelta por el centro y empezar nuestros cuatro días de relax con una mariscada enorme.

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